Mientras el mercado sigue presionando para devaluar, el gobierno ataca vendiendo dólares de las reservas para seguir sacando pesos. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Esta semana tuvo movimientos bastante tranquilos, en la superficie, aunque buceando un poquito se podían ver diversos aspectos que muestran jugadas estratégicas. El anuncio de cierta flexibilización del cepo cambiario, limitado a algunos sectores, pero interesante por ser el principio, fue una buena señal para el mercado.
El canje total de los pasivos remunerados del Banco Central que fueron transferidos al Tesoro abre la puerta para que el Banco Central comience a intervenir en el mercado del CCL, como había prometido Caputo. Para esto tomarán la base monetaria existente al 30 de abril pasado, por lo cual hoy debería ingresar unos us$1800 millones para absorber excedentes de pesos y tratar de presionar a la baja a los dólares financieros.
Todo esto suena muy lindo pero el gobierno afronta un problema: no tiene los dólares necesarios y necesita de manera urgente hacer cosas para bajar la brecha cambiaria, que le permita una unificación de los tipos de cambio. El problema se agravó porque el mercado advierte que hay un atraso cambiario y esto hace que los exportadores no liquiden, mientras los importadores presionan por divisas para comprar antes que venga una devaluación.
Caputo está apurado por los tiempos. Si bien la inflación está bajando no llegará fácilmente al 2% mensual, que es la pauta devaluatoria del dólar oficial. Por otra parte, el mercado lo puede apurar para obligarlo a devaluar y eso impactaría en la inflación. Siempre es preferible que lo haga el gobierno, de forma más ordenada que si lo hace el mercado, atropellando.
Por hora, el dólar se mantuvo tranquilo, aunque el viernes cerró con bajas interesantes en los segmentos financieros y en el blue, pero todavía alta ver como se acomodarán los mercados. Algunos analistas y otros funcionarios, con cierto optimismo, calculan, por datos estadísticos, que los precios en la Argentina están tomados sobre la base de los dólares financieros y no del oficial, De esta manera, creen que, si hubiera una devaluación o una unificación que se acerque al blue, no sería significativo el traslado a la inflación.
Cerrando canillas de emisión
Este no deja de ser un planteo optimista tratando de tomar coraje para hacer la unificación lo más rápido posible. Ya se especula que la unificación cambiaria legaría en octubre y por eso el ministro Caputo está tratando de conseguir us$10.000 millones como para tener un colchón. No obstante, hay consideraciones que analizar en el sentido que no sería tan riesgoso levantar el cepo y unificar el mercado.
Hay que pensar que, desde que asumió, este gobierno pudo revertir un déficit fiscal monumental y transformarlo en superávit fiscal y financiero y este es un logro muy importante, sin entrar a discutir los métodos. Este logro ha sido considerable, pero le quedaban varios problemas adicionales para solucionar.
El más importante, para afianzar la importante baja de la inflación, era la emisión monetaria y la situación sostenía dos fuentes de emisión: los pagos de intereses de las Leliq y la compra de dólares de los exportadores. Por eso, aunque no había demanda de pesos para financiar al Tesoro, se seguía emitiendo para esos destinos.
Para esto, el gobierno decidió transferir toda esa deuda de Leliq, llamada pasivos remunerados, al Tesoro, y los transformó para los bancos en una nueva letra, que se llama LEFI (letra fiscal de liquidez). De esta manera se mantiene controlada esa cantidad de pesos que antes vencía todos los días, Esto permite mantener encapsulada la cantidad de pesos, ya que el Tesoro pagaría los vencimientos con superávit fiscal.
En el otro plano, la decisión de que, hasta que se unifique el mercado, los vencimientos de servicios de deuda los pagará el Tesoro con superávit Fiscal, así no quedan pesos sin respaldo circulando fue muy relevante. Además, el BCRA seguirá comprado dólar de exportadores, pero luego comprará dólares en mercado del CCL y absorberá el circulante que había emitido. La diferencia es que compró los dólares $950 y los venderá a $1.300. En buen romance, de cada 1000 que compra luego recompra 700 por diferencia de precios, y le queda un remanente en las reservas.
Riesgos y ventajas de levantar el cepo
Todo este planteo del gobierno depende de que pueda bajar la cotización de los dólares financieros y arrimarse a una brecha no mayor al 25% y, en ese caso, podría esperarse alguna presión sobre el dólar libre, pero no demasiada, porque en realidad, lo que faltarán serán pesos.
Con el esquema actual no habrá más emisión y si se libera el mercado cambiario se terminará la emisión para comprar dólares de exportación. Además, el BCRA no tendrá apuro por acumular reservas porque las deudas en dólares las pagará el Tesoro, que será el que comprará esos billetes en el mercado libre, con superávit, y así monetizará la economía reciclando los pesos que le ingresaron por impuestos.
El riesgo estaría dado por si hubiera una expansión monetaria o que algunos tenedores de bonos quisieran salir rápidamente, pero habría una crisis por falta de pesos. Las ventajas serían que los precios serían fijados por el mercado y el Banco Central no debería emitir moneda para pagarles a los exportadores. Si los valores del dólar crecen mucho, se generaría un gran ingreso, ya sea por exportadores como por inversores especulativos.
Lo único que resta definir es si el BCRA intervendrá en el mercado para corregir excesos en los precios o bajadas muy profundas. Una parte la podrá corregir el Tesoro con sus compras, pero otras, podría hacerlas el Banco Central, para lo cual podría ir comprando en el mercado, aprovechando a monetizar un poco porque habrá una gran demanda de pesos.
Fuente: El Memo