Se trata de un joven de 21 años que fue detenido en Tunuyán. Su pareja perdió el bebé que esperaba. Lo imputaron y denunció que intentaron vejarlo en una comisaría. También habría querido quitarse la vida.

El joven de 21 años acusado de haber golpeado brutalmente a su pareja embarazada a principios de este mes fue trasladado este lunes al penal, luego de detallar una grave secuencia mientras permanecía detenido en una comisaría del Valle de Uco. La situación incluyó una denuncia por abuso en su contra por parte de un compañero de celda y un presunto intento de suicidio ocurrido después de la medianoche del domingo, tal como sostiene la información a la que accedió El Sol.
El sospechoso, identificado como Agustín Espósito, está imputado por intento de femicidio, ya que el pasado martes 3 de junio atacó a su ex pareja de 18 años, quien cursaba un embarazo de dos meses. La investigación sostiene que el sujeto intentó hacerle creer a las autoridades que su pareja había caído de una bicicleta.
Producto de la agresión -que incluyó golpes severos en la cabeza y otras partes del cuerpo- la joven víctima fue internada en Terapia Intensiva en el Hospital Scaravelli y perdió al bebé. Constataron 17 heridas en total, una hemorragia interna y tuvieron que extirparle el bazo.
La causa quedó en manos del fiscal Jorge Quiroga, quien ordenó que el señalado autor del intento de femicidio pase a la cárcel en las últimas horas. Quedó alojado en San Felipe, en Ciudad.
Sin embargo, la atención se trasladó a lo sucedido en la Comisaría 65ª de Vista Flores, Tunuyán el domingo. Según fuentes del caso, ese día el imputado pidió hablar con su abogado, quien se presentó en horas de la tarde. Tras entrevistarse con su cliente, el letrado se dirigió al Ministerio Público y denunció que el compañero de celda de Espósito había intentado abusarlo sexualmente.
Ante la gravedad del planteo, las autoridades ordenaron separar a los detenidos: el supuesto agresor fue trasladado a una dependencia de Tupungato y el imputado quedó solo en un calabozo. Pero el episodio no terminó allí.
Cerca de la 1 del lunes, otros reclusos comenzaron a gritar, alertando a los policías sobre una situación en la celda. Al acudir, los uniformados encontraron al acusado colgado con una sábana atada a las rejas. Lograron bajarlo a tiempo y lo trasladaron de urgencia al hospital, donde fue asistido por el equipo de salud mental.
Una vez estabilizado, el joven fue derivado a la cárcel provincial, donde continuará alojado mientras avanza la causa en su contra. La investigación, además de la acusación por violencia de género, ahora contempla el análisis de lo sucedido durante su detención.
De todas formas, los pesquisas no descartan que se trate de denuncias que se radicaron para intentar frenar o retrasar su traslado a la penitenciaría, orden que finalmente se terminó ejecutando.
Fuente: El Sol