Un efectivo de la Comisaría 40ª del barrio La Estanzuela denunció el faltante cuando se estaba por ir de franco. Después de varias horas de búsqueda, la hallaron escondida debajo de un auto. Otro uniformado fue aprehendido y se inició una investigación en la IGS.
La desaparición de un arma de fuego policial reglamentaria en una comisaría del Gran Mendoza y su posterior hallazgo escondida en uno de los sectores del edificio generaron malestar interno e investigaciones penales y administrativas en la Justicia y la Inspección General de Seguridad, respectivamente, debido a que tuvieron como protagonista a un informado de 32 años.
El efectivo permaneció aprehendido durante algunas horas sospechado de intentar sustraerla con fines desconocidos y luego recuperó la libertad mientras continúa sometido a proceso. Cuando se encontraba en situación de encierro, deslizó que se había tratado de una broma, pero pocos le creyeron.
El hecho ocurrió y fue denunciado el sábado por la tarde en la Comisaría 40ª del barrio La Estanzuela de Godoy Cruz, antes de que un auxiliar de esa dependencia, de 24 años, saliera franco de servicio.
Momentos antes había participado de un procedimiento con una mujer que presentaba problemas psiquiátricos en un sector de la jurisdicción y al regresar en la movilidad con un compañero, constató que le faltaba el arma reglamentaria provista por el Estado, una pistola calibre 9mm marca Taurus PT917.
El policía puso en conocimiento a sus superiores de la situación porque el arma no se encontraba en el lugar donde la había dejado cuando estaba por salir de franco y el titular de la dependencia ordenó una requisa en todas las instalaciones y también en la patrulla que utilizó el denunciante.
De acuerdo con fuentes del caso, algunos efectivos notaron que uno de sus colegas “se puso nervioso” y otros aportaron que lo habían visto “con actitudes extrañas” en el patio, cerca del sector donde se encuentran los secuestros.
Lo cierto es que, luego de varias horas de búsqueda, finalmente encontraron la pistola escondida debajo de uno de los autos secuestrados. Por las conclusiones a las que arribaron las autoridades de la comisaría ubicada sobre calle Lago Hermoso, el policía de 32 años, oriundo de Las Heras, fue quien se llevó y ocultó el arma debajo del rodado.
Así las cosas, le dieron intervención al Ministerio Público y la ayudante fiscal Leticia Cáceres ordenó que se haga un acta de procedimiento, trabaje personal de Policía Científica (encontró pruebas que complicaron al miembro de la fuerza sospechado) y se haga la aprehensión.
Luego de un par de días en situación de encierro, el uniformado recuperó la libertad. Las fuentes explicaron que, más allá de que el arma fue hallada, la IGS iba a avanzar con un sumario administrativo que podría constarle una destacada sanción; sin descartar ser separado de la fuerza.
“Si no se llevó la pistola con fines de robo, no debería haberla tocado, porque es de un compañero. ¿Por qué lo hizo, entonces?”, se preguntaron los pesquisas.
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