Los gobernadores firmarán el Pacto de Mayo, aunque lo miran sin muchas expectativas. Pettovello y un mensaje con contenido económico. Macri y Bullrich, la pelea por la lapicera.

“Lo sacamos para juntar más firmas”. La confesión es de uno de los hombres que tiene acceso al Presidente de la Nación, Javier Milei. Se refiere a una frase que salió del Pacto de Mayo original que pasó desapercibida en la mayoría de los análisis. Cuando el 1 de marzo Milei presentó la idea incluyó en el texto un punto sobre una reforma previsional que “permita, a quienes prefieran, suscribirse a un sistema privado de jubilación”. Cuatro meses después esa frase, con reminiscencias a las AFJP, fue borrada de un plumazo.
Esa fue una de las concesiones que tuvo que hacer Javier Milei para lograr que una mayoría considerable de los gobernadores avale 10 puntos que dicen mucho y, a la vez, dicen poco sobre el futuro de la Argentina. Dicen mucho porque plantean un diagnóstico abarcativo de los problemas que tiene el país: fiscales, educativos, tributarios, previsionales, laborales, productivos, comerciales, entre otros. Sería lógico que de una vez por todas la dirigencia, incluyendo no solamente a los políticos, sino también a los sindicatos y a los empresarios, se pusieran de acuerdo en reformas que permitan pensar en un crecimiento sostenible para las próximas décadas.
Pero dicen poco esos 10 puntos del Pacto de Mayo porque la gran mayoría de la dirigencia sabe que tienen altas chances de quedar en lo que son: letras en un papel. Hasta transformarse en políticas públicas puede pasar muchísimo tiempo o, lo que sería peor, pueden quedar en el olvido. En la mayoría de esos temas el Gobierno necesita acuerdos para avanzar con reformas en serio y no mero maquillaje. Hay que ver si efectivamente después de la ley Bases hubo un aprendizaje y esas negociaciones son de más fácil resolución o, como anticipan muchos desde la oposición dialoguista, ahora se viene un proceso de mayor tensión y de intento desde el Congreso de imponerle otra agenda al Presidente.
El de las jubilaciones privadas no fue el único de los cambios. Otro considerable fue el tema educativo, que fuera absolutamente obviado por Milei el 1 de marzo pero fue incluido por presión del radicalismo primero y de parte de los gobernadores, después. “Una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar”, reza el punto 4 del acta. Curioso devenir del proyecto refundacional libertario, que ahora no solo lo incluyó en el Pacto de Mayo sino que el propio Milei viajó a San Juan para presentar un Plan de Alfabetización. “La educación es el principal motor del crecimiento económico de la historia”, dijo desde la Casa Sarmiento.
El punto sobre la cuestión educativa entró al decálogo dejando afuera al que planteaba la necesidad de una reforma política. ¿Quiere decir esto que el Gobierno no quiere avanzar con la reforma política? No, porque de hecho en la Rosada ya anticipan que uno de los próximos proyectos que se enviará al Congreso es el de la reforma política y electoral. Tendrá dos ejes principales, la eliminación de las PASO (o modificación para que no sean obligatorias) y cambios en el financiamiento partidario, mientras que en paralelo se prevé que el Senado avance con el proyecto de Boleta Única que ya tiene media sanción de Diputados. Solo le falta un voto más para llegar a los 37 votos que necesita por tratarse de una cuestión electoral. En este caso no le sirve el voto de Villarruel para desempatar.
Fuente: Mdzol